("Y, he ahí, que tu Sustentador dijo a los ángeles: "¡Ciertamente, voy a crear un ser humano de arcilla sonora, de cieno oscuro transmutado; y cuando lo haya formado por completo y haya insuflado en él algo de Mi espíritu, caed postrados ante él!".
Sagrado al Quran.
Cieno obscuro transmutado. Arcilla sonora. Algo del Espiritu. ¿Qué es sino el islam vivo?, el ser humano es el Islam Vivo que toca el Tiempo. Las imágenes angélicas de fuego no consumado se postran ante la más grave Eternidad, la Eternidad deseante, que canta, que es transmutada en Su visión, una Visión soberana, más allá de Sus propios atributos, una Visión Pura. (1)
Arcilla sonora, algo del Espiritu, cieno obscuro transmutado. ¿Qué es el ser humano sino la Palabra en su devenir? ¿Qué toca la frente en oración sino arcilla?
La Eternidad deseante, implorante, viva e imperfecta, donde se consuma el Pensamiento Divino por Amor, donde Él mira con Sus ojos llenos de Vida más allá de la Vida.
Esta breves palabras de la Revelación Santa no son sino la cura de los males de la mente que huye hacia las imagenes en un cielo imaginado y no vivido, y que no baja a su origen, la cabeza postrada reconoce su origen, y el corazón en lo alto responde al Espiritu.
El orden de la Vida, la arcilla sonora, viva en su naturaleza de materia prima, el cieno obscuro transmutado. Un canto es el corazón que se eleva mientras la mente vuelve a su origen. ¡Qué Origen! ¡qué puro deseo Divino!: la construcción Sagrada fundacional, el hombre, la mujer, la Ka'ba que mira a la creación y la santifica, porque se mira así misma con los ojos del Espíritu. Una perfección que se muestra en el bendito y perfecto espejo profetico, para cada nación, para cada ser, su espejo más puro.
Y en este espejo, el alma humana funde, unifica, santifica, con la mirada, con el nombre, con la gratitud, la consuma. La naturaleza entera y los universos son consumados en el Amor. No solo el Amor que deviene en imágenes, sino el Amor que funda, que origina, el amor de la Matriz Divina que forma e insulfla algo de Su Ser sin conceptos, sin limite, sin mente, elevado en Su Realidad Verdadera.
¿Hay una honra mayor a la arcilla sonora que ser el depósito sagrado del Espíritu? ¿Un honor mayor que ser Amado en su rugosidad, en su cienés, en su obscuridad, en su transmutación? Exaltada sea por encima de cualquien exaltación la Esencia, Su Eterno Plan y Orden Divinos más allá de Sus propios atributos visibles e invisibles.
¿Y dónde sanan el cuerpo, el alma, la mente?: Sanan en Su origen, en lo que siempre serán. En tres lugares: Cieno Obscuro Transmutado, Arcilla Sonora y, si, definitivamente, en el Espíritu. Y hay un cuarto invisible a primera vista que es "y cuando lo haya formado por completo", y esto percibo en el proceso de la vida, en la consumación espiritual de la materia prima ordenada por el Ordenador.
¿Hay algo más cercano a la función de la Madre?
¿Será por eso que el Paraiso está a los pies de la madre?. No de la madre-fuego de flama ardiente e imaginal, angélica, ideal, sino de la madre viva, de cieno obscuro transmutado, de arcilla sonora, con algo de Su Espíritu. Nuestra madre humana. Tal cual es, sin ninguna imagen. ¿Qué imagen podría delimitarla? ¿Cómo se llaman sus ojos cuando recibe a la creatura que ha sido arcilla, cieno, y Espiritu, cuando la unifica, la cubre, le da la leche de la Sabiduría Divina, la más profunda bendición y la libertad más sublime: la libertad de ser amado.
Será que el islam hoy puede estudiar y mostrar algo más puro, más conmovedor, más enorme, más sagrado que el proceso primario de la constitución del ser humano, en una época donde el Origen ha sido olvidado.
Yo ligo mi corazón a esta imagen coránica, y le llamo islam al Espíritu en los ojos, a lo sagrado del cieno y la arcilla honrados así por la Fuente de la Vida, de cada ser humano; le llamo islam a la responsabilidad de cada ser humano de consumar su Destino; le llamo islam al Espíritu de esta aleya y del Qur'án Santo mismo, junto con el Espíritu de las escrituras sagradas de cada pueblo: La Gracia de Dios, viva, aquí, mostrada a nuestros ojos cenagosos, arcillosos y espirituales, como imperfecta y cenagosa y arcillosa y con una parte de su Espiritu, ¡si! una realidad Amada, Amada, Amada. ¡Arcillosos del mundo! ¡Cenagosos del mundo, espirituales del mundo! venid, venid por las flores y frutos del Amor, venid, venid a sembrar vuestro corazón con la Leche Divina. ¡venid! ¡está en los ojos de vuestras madres! ¡venid! ¡a sus pies de Amor se consuma la vida!
Y que vengan luego los discursos sobre el islam, los países islámicos, la moral islámica, todos los discursos, todos los paises, todas las morales. Si veo el Origen me conmuevo entonces, que islam no es lo que se llama islam. Que islam es cada ser humano en su origen y su destino.
Y qué honor que la tierra sea espiritual. ¡Qué amor!, que el Reino no flota en las nubes. ¡Que pasión!, que cada amor y cada pareja y cada proceso, los más fáciles y los más dificiles, los más aparentemente terribles o extáticos son ya plenos, y en su consumación, Gracia Divina, aparente o no. Gracia Divina. Porque en Dios lo que Fue, Es y Será. La Pasión Divina.
¡Oh islam amado, oh Amor sincero cenagoso y espiritual, oh hermanos míos sin excepción islames vivos, oh madre mía, oh hijos míos, oh guerras y paces de nuestro presente, tan imperfectas y apasionadas, que su apariencia no nos gane los ojos, que miremos su corazón con el nuestro! ¡Oh Amor de místicas errantes y de malas y buenas mujeres, orad por vuestros hijos, amorosas y bellisimas todas flores y frutos de Su Misercordia. Oh Rahma que, sublime más allá de lo sublime, eres en sus ojos, en Tus ojos que Te miran!
(1) Este texto solo pudo ser escrito con el profundo amor y las comprensiones del maestro Chögyal Namkhai Norbu. un verdadero servidor vivo de la Esencia: flores y frutos a los pies del ser humano que ha realizado, lo que en nosotros es un anhelo. Su verdad esencial, y dedicar su vida y sus miles de vidas a compartirlo y ser paciente con los nuevos. El dice, "tu maestro es todos los maestros". A ellos la Luz, a nuestros padres la gratitud extrema.)
Arcilla sonora, algo del Espiritu, cieno obscuro transmutado. ¿Qué es el ser humano sino la Palabra en su devenir? ¿Qué toca la frente en oración sino arcilla?
La Eternidad deseante, implorante, viva e imperfecta, donde se consuma el Pensamiento Divino por Amor, donde Él mira con Sus ojos llenos de Vida más allá de la Vida.
Esta breves palabras de la Revelación Santa no son sino la cura de los males de la mente que huye hacia las imagenes en un cielo imaginado y no vivido, y que no baja a su origen, la cabeza postrada reconoce su origen, y el corazón en lo alto responde al Espiritu.
El orden de la Vida, la arcilla sonora, viva en su naturaleza de materia prima, el cieno obscuro transmutado. Un canto es el corazón que se eleva mientras la mente vuelve a su origen. ¡Qué Origen! ¡qué puro deseo Divino!: la construcción Sagrada fundacional, el hombre, la mujer, la Ka'ba que mira a la creación y la santifica, porque se mira así misma con los ojos del Espíritu. Una perfección que se muestra en el bendito y perfecto espejo profetico, para cada nación, para cada ser, su espejo más puro.
Y en este espejo, el alma humana funde, unifica, santifica, con la mirada, con el nombre, con la gratitud, la consuma. La naturaleza entera y los universos son consumados en el Amor. No solo el Amor que deviene en imágenes, sino el Amor que funda, que origina, el amor de la Matriz Divina que forma e insulfla algo de Su Ser sin conceptos, sin limite, sin mente, elevado en Su Realidad Verdadera.
¿Hay una honra mayor a la arcilla sonora que ser el depósito sagrado del Espíritu? ¿Un honor mayor que ser Amado en su rugosidad, en su cienés, en su obscuridad, en su transmutación? Exaltada sea por encima de cualquien exaltación la Esencia, Su Eterno Plan y Orden Divinos más allá de Sus propios atributos visibles e invisibles.
¿Y dónde sanan el cuerpo, el alma, la mente?: Sanan en Su origen, en lo que siempre serán. En tres lugares: Cieno Obscuro Transmutado, Arcilla Sonora y, si, definitivamente, en el Espíritu. Y hay un cuarto invisible a primera vista que es "y cuando lo haya formado por completo", y esto percibo en el proceso de la vida, en la consumación espiritual de la materia prima ordenada por el Ordenador.
¿Hay algo más cercano a la función de la Madre?
¿Será por eso que el Paraiso está a los pies de la madre?. No de la madre-fuego de flama ardiente e imaginal, angélica, ideal, sino de la madre viva, de cieno obscuro transmutado, de arcilla sonora, con algo de Su Espíritu. Nuestra madre humana. Tal cual es, sin ninguna imagen. ¿Qué imagen podría delimitarla? ¿Cómo se llaman sus ojos cuando recibe a la creatura que ha sido arcilla, cieno, y Espiritu, cuando la unifica, la cubre, le da la leche de la Sabiduría Divina, la más profunda bendición y la libertad más sublime: la libertad de ser amado.
Será que el islam hoy puede estudiar y mostrar algo más puro, más conmovedor, más enorme, más sagrado que el proceso primario de la constitución del ser humano, en una época donde el Origen ha sido olvidado.
Yo ligo mi corazón a esta imagen coránica, y le llamo islam al Espíritu en los ojos, a lo sagrado del cieno y la arcilla honrados así por la Fuente de la Vida, de cada ser humano; le llamo islam a la responsabilidad de cada ser humano de consumar su Destino; le llamo islam al Espíritu de esta aleya y del Qur'án Santo mismo, junto con el Espíritu de las escrituras sagradas de cada pueblo: La Gracia de Dios, viva, aquí, mostrada a nuestros ojos cenagosos, arcillosos y espirituales, como imperfecta y cenagosa y arcillosa y con una parte de su Espiritu, ¡si! una realidad Amada, Amada, Amada. ¡Arcillosos del mundo! ¡Cenagosos del mundo, espirituales del mundo! venid, venid por las flores y frutos del Amor, venid, venid a sembrar vuestro corazón con la Leche Divina. ¡venid! ¡está en los ojos de vuestras madres! ¡venid! ¡a sus pies de Amor se consuma la vida!
Y que vengan luego los discursos sobre el islam, los países islámicos, la moral islámica, todos los discursos, todos los paises, todas las morales. Si veo el Origen me conmuevo entonces, que islam no es lo que se llama islam. Que islam es cada ser humano en su origen y su destino.
Y qué honor que la tierra sea espiritual. ¡Qué amor!, que el Reino no flota en las nubes. ¡Que pasión!, que cada amor y cada pareja y cada proceso, los más fáciles y los más dificiles, los más aparentemente terribles o extáticos son ya plenos, y en su consumación, Gracia Divina, aparente o no. Gracia Divina. Porque en Dios lo que Fue, Es y Será. La Pasión Divina.
¡Oh islam amado, oh Amor sincero cenagoso y espiritual, oh hermanos míos sin excepción islames vivos, oh madre mía, oh hijos míos, oh guerras y paces de nuestro presente, tan imperfectas y apasionadas, que su apariencia no nos gane los ojos, que miremos su corazón con el nuestro! ¡Oh Amor de místicas errantes y de malas y buenas mujeres, orad por vuestros hijos, amorosas y bellisimas todas flores y frutos de Su Misercordia. Oh Rahma que, sublime más allá de lo sublime, eres en sus ojos, en Tus ojos que Te miran!
(1) Este texto solo pudo ser escrito con el profundo amor y las comprensiones del maestro Chögyal Namkhai Norbu. un verdadero servidor vivo de la Esencia: flores y frutos a los pies del ser humano que ha realizado, lo que en nosotros es un anhelo. Su verdad esencial, y dedicar su vida y sus miles de vidas a compartirlo y ser paciente con los nuevos. El dice, "tu maestro es todos los maestros". A ellos la Luz, a nuestros padres la gratitud extrema.)
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